martes, marzo 20, 2007

Transantiago una revolución en marcha


Hola estimadas amigas y estimados amigos: He vuelto por fin despues de un largo período de ausencia, que espero no se repita más y me pareció lo más lógico, a pesar de ser un provinciano, partir con el tema de moda en el país, la entrada en vigencia ya hace más de un mes del nuevo transporte público el famoso TRANSANTIAGO. Me ha tocado vivirlo en sus dos dimensiones, sin saturación y saturado y además leer, escuchar y ver en los distintos medios de comunicación, las noticias acerca de su funcionamiento. Quisiera ver el vaso medio lleno y quedarme con las palabras más sensatas que he escuchado al respecto, las de un señor Coyemans, que me perdone si su apellido está mal escrito. Este doctor en tránsito ha dicho que en general el sistema está funcionando bien y que solo el 10% ha tenido problemas, pero que ese porcentaje no es menor en una ciudad como Santiago, reflexión que comparto y a la que quisiera agregar, sin ser experto en la materia, algunas preguntas: ¿Como no se previó que la mayor parte de las personas se volcaría al Metro, siendo ese medio nuestra estrella en lo que a transporte se refiere? Es que no se tomó en cuenta la vieja fábula del Alacrán, que resumiré en que cuando este es transportado sobre el agua y habiendo prometido no picar a quien lo desplazaba igual lo pica y se hunden ambos. Es mi naturaleza dice el alacrán ante la pregunta atónita. Bueno la de algunos empresarios que licitaron, es igual su naturaleza y no se puede ser tan ingenuo y pensar que cambiarían su forma de ser. ¿Por qué gran parte de los barrios periféricos quedaron sin locomoción? y finalmente ¿como no se tomó en cuenta nuestra incivilidad? Sí digamoslo claramente, tomar por asalto los buses, no respetar las filas, no informarse bien previamente, en fin. Sí lo que se pretendió fue una política de shock, creo que se logró plenamente. Las revoluciones son así, dejan muertos y heridos para luego surgir el nuevo sistema. Ahora habrá que ver sí esta revolución logra triunfar y cuantos quedan en el camino. Da que pensar en todo caso, que la gente pida la vuelta de "las amarillas", ¿qué frágil es la memoria? o ya no se acuerdan de las carreras, la violencia y agresividad de los conductores, étc. o es que parodiando una frase: "tenemos el transporte que nos merecemos".